jueves, mayo 21, 2009

(No) Ha muerto el poeta!













El domingo, 17 de mayo, Mario Benedetti abandonó su pluma y sus lectores, abandonó su vida y sus poemas, abandonó su cuerpo y su voz se esparció por el mundo. Mario Bendetti, EL POETA, ha muerto pero su voz vive dentro de nosotros para siempre.




Mario, ante tí rindo mi pluma, y me despido con estos versos:






El poeta (no) ha muerto





Que florezcan tus versos en cada maceta,

que tus palabras vuelen hacia el norte y hacia el sur,

que cada una de las letras que nació de tu hábil pluma

crezca y viva en todas las almas

y retumbe en todas las cabezas y en todos los ojos.


Que tus amores y tus nostalgias

inunden todos los cuerpos

y vuelen por el cielo hasta eclipsar el sol.


Que tus sonrisas y tus tristezas

sean ríos de tinta desbocados

que laven todos los desastres y arrastren las injusticias.


Que los enamorados, entre caricias y estremecimientos,

ante tus palabras

se rindan a la vida.


Que los tristes y solitarios

sostengan tus libros y se abracen a ellos

como tablas de salvación

como asideros de esperanza.


Que los que nunca leen nada,

amen tus poemas,

griten tus poemas,

lloren tus poemas

y rían

también rían.



Que todos sabemos que el poeta ha muerto


!El poeta!

!Sí!

!El poeta ha muerto!



Su voz, su cuerpo, su bigote, su sonrisa

nada de esto existe ahora

toda su presencia ya es ceniza

polvo

lágrimas

vacío



Pero,


pese a todo,



¡sus versos viven!


¡Sus palabras viven!


¡Sus poemas viven!


¡Sus nostalgias viven!


¡Su grandeza vive!


¡Su amor vive!



¡Su poesía vive!


¡Su voz aún habla!





Entonces,


¡El poeta no ha muerto!


¡El poeta no morirá jamás!



El cuerpo se va, su voz se queda


sus versos

sus palabras

sus poemas

sus nostalgias

sus grandezas

y sus miserias

sus exilios

sus amores

sus crepúsculos

su pluma descarada

su ternura

su ironía

su voz,




sobre todo,




su voz



vive.


¡El poeta vive!


¡Que viva el poeta!


!Viva!


Mario, como dijiste tú mismo entre haikus y rincones:



"después de todo

la muerte es sólo un síntoma

de que hubo vida"




Gracias por escribir, Mario!

Gracias por seguir viviendo en las palabras.

Laia Blanch








No te salves, Mario Benedetti

(fragmento del film El lado oscuro del corazón)













No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo


pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



Mario Benedetti













Táctica y estrategia, Mario Benedetti


(fragmento del film El lado oscuro del corazón)













Táctica y estrategia



Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
mo sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.





Mario Benedetti














1 comentario:

pepa mas gisbert dijo...

Buscando una imágen para mi próxima entrada he entrado en tu blog. He sentido curiosidad porque mi vocación fué en su tiempo ser químico, de hecho lo soy aunque no ejerzo y fui profesora hace ya muchos años.
Pero veo también tu homenaje a Benedetti y yo te dejo el mío, pincha en:
recordando a Benedetti Saludos