lunes, mayo 22, 2006

Más allá de un tornillo

Al contemplar las imágenes de Chema Madoz me vino a la cabeza aquel microcuento que Cortázar deslizó entre las páginas de Rayuela...

"...En uno de sus libros Morelli habla del napolitano que se pasó años sentado a la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz. El tipo murió de un síncope, y el tornillo desapareció apenas acudieron los vecinos. Uno de ellos lo guarda, quizá lo saca en secreto y lo mira, vuelve a guardarlo y se va a la fábrica sintiendo algo que no comprende, una oscura reprobación. Sólo se calma cuando saca el tornillo y lo mira, se queda mirándolo hasta que oye pasos y tiene que guardarlo presuroso. Morelli pensaba que el tornillo debía ser otra cosa, un dios o algo así. Solución demasiado fácil. Quizá el error estuviera en aceptar que ese objeto era un tornillo por el hecho de que tenía la forma de un tornillo. Picasso toma un auto de juguete y lo convierte en el mentón de un cinocéfalo. A lo mejor el napolitano era un idiota pero también pudo ser el inventor de un mundo. Del tornillo a un ojo, de un ojo a una estrella... ¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre? Se puede elegir la tura, la invención, es decir el tornillo o el auto de juguete. ..."

Saltar más allá del tornillo, atravesar la taza de café, adentrarse en las teclas de un piano, traspasar los espejos y rozar con la pezuña temorosa el otro lado de la luna, la otra cara de la realidad (si es que existe algo real en esta vida). Todas esas cosas que vivía el napolitano mientras contemplaba aquel tornillo insignificante, todas esos puentes tendidos por el ojo de Chema Madoz hacia tantas otras posibles realidades...



Chema Madoz






Chema Madoz






Chema Madoz





lunes, mayo 01, 2006

Llorar

tears of nature

Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
Llorar todo el insomnio y todo el día.


Oliverio Girondo


lágrimas