domingo, junio 18, 2006

Cuadrado negro sobre flondo blanco







Málevitx



Me propone simplemente un ojo ciego
me arroja a una ventana al vacío
me invita al juego de la tiniebla absurda
me sorprende mirando en todas partes
y en ningún sitio



Me provoca con la lucidez
del que ha tocado lo infinito
abre ante mí ese umbral
hacia otro mundo desconocido



El Zen en el pincel
lo inmenso en lo más simple
el universo guardado en una cajita negra
esperando que algún día le descubran
y le comprendan
y descifren el gran secreto
que cuelga de una pared cualquiera

El vómito, la náusea, la cefalea
y después el aire fresco, el aire negro, el aire nuevo
el aliento primero del que despierta

Misterioso espejo que escupe oscuridad
al rostro perplejo que lo mira
en un vano intento de encontrarse.


Laia