"la niña que miraba el infinito"
Infinitos infinitos
Abandoné el infinito que era mi casa
en busca de un universo
Nadé en el furioso mar de estrellas
Y vi galaxias, agujeros negros y supercuerdas
Todos ellos enormes, casi tan infinitos como el infinito.
Entonces bajé a la tierra
Y vi océanos de horizontes imprecisos
Desiertos de luz, cenizas doradas y fuegos invisibles
Todo era tan infinito que no cabía en mis ojos
ni en mis manos
Y arranqué mi presencia de aquellos paisajes
Para adentrarme en un bosque, en un pequeño lago
o en algunas ruinas perdidas
y en todos los lugares se respiraba
el perfume de la inmensidad,
la infinitud del momento
pero tuve que irme,
demasiado enorme,
preferí convivir con cuerpos, habitaciones
y vicios varios e inconfesables
pensando que eran algo ínfimo
como el polvo o la circunstancia
y herré, eran un pozo sin fondo,
todos tan infinitos tan infinitos
Cerré la puerta sin despedirme
y me dejé atrapar por pulgas, átomos y por siete nanoenanos
ellos no podían ser infinitos,
por fin,
creí que lo había logrado,
mi camino ha finito y se acabó
pero no,
aquellas diminutas razones
resultaron titánicos argumentos
sin fin infinitamente
no puedo ir más allá
Vuelvo a mi casa, el infinito,
Sabiendo ahora que mi casa está en todas partes
Y que todas las partes están en mi casa
Por más que intente no perder la calma
Me irrito ante tanto infinito
Y grito
No soy nada
No soy nada,
Repito.
2 comentarios:
exquisito
Buenisimo... me identifico..
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