jueves, diciembre 09, 2004

El peso del amor

”Los


Hace mucho tiempo el poeta Allen Ginsberg dijo esto sobre el amor:

Song

The weight of the world
is love.
Under the burden
of solitude,
under the burden
of dissatisfaction

the weight,
the weight we carry
is love.

Who can deny?
In dreams
it touches
the body,
in thought
constructs
a miracle,
in imagination
anguishes
till born
in human –

looks out of the heart
burning with purity –
for the burden of life
is love,

but we carry the weight
wearily,
and so must rest
in the arms of love
at last,
must rest in the arms
of love.

No rest
without love,
no sleep
without dreams
of love –
be mad or chill
obsessed with angels
or machines,
the final wish
is love
- cannot be bitter,
cannot deny,
cannot withhold
if denied:

the weight is too heavy

- must give
for no return
as thought
is given
in solitude
in all the excelle
of its excess.
The warm bodies
shines together
in the darkness,
the hand moves
to the center
of the flesh,
the skin trembles
in happiness
and the soul comes
joyful to the eye –

yes, yes
that’s what
I wanted,
I always wanted,
I always wanted,
to return
to the body
where I was born.



 El beso - Gustave Klimt



Canción

El peso del mundo
es amor,
bajo la carga
de la soledad
bajo la carga
de la insatisfacción

el peso,
el peso que arrastramos
es amor.

¿Quién puede negarlo?
En sueños
toca
el cuerpo,
en el pensamiento
construye
un milagro,
en la imaginación
angustias
hasta que nace
en el ser humano -

Observa desde el corazón
– ardiente de pureza -
porque la carga de la vida
es amor,

pero acarrearemos el peso
fatigosamente,
y hemos por lo tanto de descansar
en brazos del amor
finalmente
hemos de descansar en brazos
del amor.

No hay reposo
sin amor,
ningún sueño
sin sueños
de amor -
ya sean locos o helados
obsesionados de ángeles
o máquinas,
el deseo final
es amor
- puede no ser amargo,
puede no negar,
puede no retener
de ser negado:

el peso es demasiado grande

- ha de dar
a cambio de nada
como es entregado
el pensamiento
en la soledad
en toda la excelencia
de su exceso.
Los cálidos cuerpos
resplandecen juntos
en la oscuridad,
la mano se mueve
hasta el centro
de la carne,
la piel se estremece
de alegría
y el alma acude
gozosa a los ojos -

sí, sí,
eso es lo que
yo deseaba
lo que siempre deseé,
siempre deseé
regresar
al cuerpo
donde nací.



El torbellino de amantes -William Blake

1 comentario:

Agustín García Delgado dijo...

Hola, Laia. Me ha gustado tu blog y me sorprende que una mujer tan joven tenga una cultura tan diversa e interesante. Es que a mí me agradan Ginsberg, Blake, Benedetti.
Increíble que a mis 46 años me sienta identificado contigo. Mejor dicho, aprendo de tus escritos e imágenes.
Te felicito desde mi rincón mexicano.

Agustín