lunes, octubre 02, 2006

celebración del dolor

Frida Kahlo

Sermón de Benarés

“Y el Bienaventurado habló así a los cinco discípulos:

Esta es la noble verdad del dolor. El nacimiento es dolor, el desgaste es dolor, la enfermedad es dolor, la muerte es dolor. La presencia de los objetos que odiamos es dolor, la ausencia de los objetos que amamos es dolor; no conseguir lo que deseamos es dolor. En una palabra: el apego a la existencia es dolor.

Esta es la noble verdad de la causa del dolor: el anhelo, que lleva al renacimiento, acompañado de placer y de concupiscencia, que encuentra aquí y allí su placer. (Este anhelo es triple), a saber: anhelo de placer, anhelo de existir, anhelo de prosperidad.

Esta es la noble verdad de la cesación del dolor: (cesa con) la cesación completa de este anhelo, una cesación que consiste en la ausencia de todas las pasiones; con el abandono de este anhelo, con la renuncia a él, con la liberación con respecto a él, con la destrucción del deseo.

Esta es la noble verdad del sendero que lleva a la cesación del dolor, el noble sendero óctuple, es decir, la recta creencia, recta aspiración, recta habla, recta conducta, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta memoria, recta meditación...

¿Y qué es, monjes, la recta visión? Es el conocimiento del dolor, el conocimiento de la causa del dolor, el conocimiento de la cesación del dolor y el conocimiento del camino que lleva a la cesación del dolor. A esto, monjes, llamo recta visión.

¿Y qué es la recta intención? La intención de renunciar, la intención de no herir, la intención de no dañar. A esto, monjes, se llama recta intención.

¿Y qué es la recta habla? Abstenerse de la falsedad, de palabras maliciosas, de palabras duras, de palabras frívolas. A esto, monjes, se llama recta habla.

¿Y qué es la recta acción? Abstenerse de quitar la vida, de apropiarse de lo ajeno, del trato carnal. A esto, monjes, se llama recta acción.

¿Y qué son los rectos medios de vida? Aquí un noble discípulo, abandonando un falso modo de ganarse la vida, obtiene su sustento mediante los rectos medios de vida. A esto, monjes, se llama rectos medios de vida.

¿Y qué es el recto esfuerzo? Aquí un monje, al no producirse pensamientos malos y ruines que aún no han surgido, ejercita la voluntad, intensifica el esfuerzo, empieza a ejercitarse, aplica y ejercita su mente. Al rechazar los malos y ruines pensamientos que han surgido, ejercita su voluntad, intensifica el esfuerzo, empieza a ejercitarse, aplica y ejercita su mente... A esto, monjes, se llama recto esfuerzo.

¿Y qué es la recta memoria?... Sobre los pensamientos, permanece contemplando sus pensamientos, ardiente, atento, consciente, disipando su anhelo y desaliento con respecto al mundo. A esto, monjes, se llama recta memoria.

¿Y qué es la recta meditación?

1) Un monje libre de pasiones y malos pensamientos alcanza el primer trance del gozo y del placer, que va acompañado de razonamiento e investigación, y que surge del retiro, y en él permanece.

2) Al cesar el razonamiento y la investigación, en un estado de serenidad interior, con su mente fija en un solo punto, alcanza el segundo trance del gozo y el placer, que surge de la concentración, y que está libre del razonamiento y la concentración, y en él permanece.

3) Con ecuanimidad e indiferencia con respecto al gozo, permanece atento y dueño de sí, y en su cuerpo experimenta el placer que los nobles llaman ‘morada con ecuanimidad, atenta y feliz’, y alcanza el tercer trance y en él permanece.

4) Desechando el placer y el dolor, e incluso antes de que desaparezcan el júbilo y la depresión, alcanza el cuarto trance, en que no hay placer ni dolor, y que lleva consigo la pureza de la memoria y de la ecuanimidad, y en él permanece. A esto, monjes, se llama recta meditación."


Columna Vertebral   - Xawery Wolski

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que es muy interesante, pero no sé hasta que punto este punto de vista se nos aplica a los occidentales. Tal vez para nosotros no sea la contemplación la mejor manera de vivir en paz con uno mismo y con el mundo.

Laia dijo...

Estoy de acuerdo contigo, es difícil dar cabida a la contemplación en el mundo occidental (entendida como algo estático)pero creo que existen formas más "activas" de practicar que nos permiten conciliar el frenético ritmo de vida que llevamos con el aprendizaje espiritual que nos proponen los orientales. Muchos de estos preceptos budistas pueden aplicarse a la mayoría de situaciones cotidianas y integrarlos en nuestra forma de entender las cosas que suceden a nuestro alrededor o dentro de nosostros mismos.
Como alguien dijo: existe un momento para cada cosa y una cosa para cada momento. Quizá los que vivimos en el mundo occidental deberíamos aprender a ser algo más "contemplativos" de vez en cuando y detenernos un momento a meditar. A pesar de la presión exterior a la que nos vemos sometidos muchas veces, es muy necesario hacer un trabajo interior ya que éste será el que nos ayude a mejorar como personas...la revolución empieza siempre dentro de uno mismo.

Gracias por seguir paseando por este pequeño laberinto

Un abrazo

Laia